Estas aves comparten espacios comunes con el ser humano. Está permitido cazarlas para evitar la sobrepoblación, aunque no todos comparten dicha medida.
Conviven con el hombre en plazas, barrios y un sinfín de sectores urbanos. Las palomas se reproducen en masa y ya han sido denominadas como una plaga. Respecto a su control de natalidad, su posible aporte al ecosistema y su influencia en difundir cuadros infecciosos, existen hoy opiniones divergentes.
En el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) precisaron a Emol que según estipula el artículo N°6 de la Ley de Caza, las palomas podrán ser capturadas en cualquier época del año sin limitación de número. Eso sí, argumentaron que «la caza se permite en focos de albergue y nidificación, previa autorización de la entidad». Los riesgos sanitarios que estas aves presentan para el hombre están ligados a enfermedades respiratorias y diversos tipos de bacterias que propagan a través de sus fecas y plumas.
En la Unidad de Zoonosis de la Seremi de Salud Metropolitana indicaron, además, que muchas alergias cutáneas, conjuntivitis, salmonelosis o el mal de Chagas tienen relación con la permanente interacción que estas aves tienen con el ser humano en las zonas urbanas.
Posibles efectos adversos Sin embargo, hay quienes aseguran que la exterminacion masiva de estas aves podría provocar efectos adversos en el ecosistema. El líder ecologista, Luis Mariano Rendón indica que «si bien las palomas son vectores de enfermedades, no hay que olvidar que ellas juegan un rol equilibrador en el ambiente». Al mismo tiempo, afirma tajantemente que «es necesario tomar medidas sanitarias al respecto, pero que en ningún caso incluyan el exterminio».
Por otra parte, en el Departamento de Estudios Avícolas de la Universidad de Chile, aseguraron que «las palomas tienen la misma carga bacteriana que cualquier otra ave. Si bien es cierto que son una gran población que transmite bacterias a través de sus plumas y fecas, el peligro no es mayor al que presentan otras especies similares».
El debate, entonces, se centra en que el crecimiento sostenido de la población de palomas es evidente en diversos puntos del país. Cada ejemplar de esta especie puede vivir entre 15 y 20 años. Al no poseer un depredadores naturales y tener excelentes condiciones alimenticias en la ciudad, cada ave puede llegar a producir entre 10 y 15 pichones por año. En la Seremi de Salud Metropolitana recomiendan, tanto en residencias particulares como en centros de salud, tomar medidas precautorias para impedir que las palomas aniden y así prevenir focos infecciosos. Entre las recomendaciones se cuenta sellar rendijas, no alimentarlas y evitar el contacto físico con ellas.
Fuente: Emol.com
https://www.emol.com/noticias/nacional/2012/11/01/567582/palomas-enemigas-en-la-ciudad.html